La devaluación salarial que sufren los universitarios
Titulados como Sergio Moro, sierense de 30 años, tienen dificultades para independizarse pese a desempeñar trabajos de alta cualificación
Publicación en el diario de La Nueva España, Pablo Castaño Oviedo 23.05.2018 | 12:20
Sergio Moro, sierense de 30 años, es ingeniero técnico en Telecomunicaciones por la Universidad de Oviedo. Trabaja desde hace seis años como programador para una compañía estadounidense líder en la prestación de servicios de tecnologías de la información y con factoría en Asturias. Él es un "teleco" de una gran compañía, lo que cualquier padre firmaría para su hijo. "Sí, soy ingeniero y llevo seis años en una multinacional tecnológica, pero tengo dificultades para llegar a final de mes", asegura Moro.
Asturias es la región con mayor tasa de titulados universitarios en desempleo o en situación de pobreza laboral. Así lo destaca un estudio sobre población especialmente vulnerable ante el empleo elaborado por el asturiano Florentino Felgueroso, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Casi 27.000 asturianos están en esa situación y muchos son titulados que realizan trabajos precarios que no están acordes con su cualificación. Un "drama" según los sindicatos. "Pero también tienen dificultades para llegar a final de mes muchos titulados que consiguen trabajar en puestos relacionados con sus estudios superiores, e incluso en grandes compañías multinacionales vinculadas a sectores punteros como el de las nuevas tecnologías de la información.
"Mientras que cumplas con la media española de no salir de casa de tus padres hasta los 31 años no hay problema con un sueldo de 1.000 o 1.100 euros. Pero ponte a alquilar un piso como es mi caso. Vivo en Gijón y pago 450 euros al mes, que es un buen precio. Pero añade gastos de luz, agua, gas, teléfono... y paga un coche. Nunca he ahorrado más de 150 euros al mes y si tengo un susto, cualquier extra, pues entonces ya no llego a final de mes", explica Sergio Moro.
El joven sierense afirma que su situación no es aislada dentro de las multinacionales de las nuevas tecnologías de la información implantadas en Asturias. "Cuando te contratan te colocan en una categoría profesional muy baja, en mi caso correspondiente a un salario anual de 12.500 euros, y luego te complementan ese suelo con un concepto voluntario, una migaja que además va absorbiendo cualquier subida por renovación del convenio o antigüedad, de forma que pasan los años y tu sueldo no sube y esa es una estrategia muy extendida en el sector", explica Moro.
Beatriz Menéndez, luarquesa de 30 años y también ingeniera técnica de telecomunicaciones, asiente cuando escucha las palabras de Moro. "Cuando firmas no sabes realmente qué categoría profesional tienes dentro de las que figuran en el convenio estatal que rige el sector, porque las multinacionales utilizan las suyas propias, con términos en inglés que suenan muy bien pero que van ligados a salarios muy bajos", señala Menéndez, que asegura que en la compañía en la que trabaja "cerca del 80% de los empleados en realidad son programadores junior, como es mi caso, y llevo años estancada ahí aunque trabajo gestionando proyectos para otra multinacional a nivel de Europa, hablando en inglés todos los días y en algunos casos en francés".
Sergio Moro también es programador junior tras seis años en la misma multinacional tecnológica norteamericana. "Si sólo hiciera las labores que marcan esa categoría, pues vale, pero es que además mi empresa me pone tareas de administrador de sistemas, lo que comúnmente se denomina ingeniero informático, donde tú eres el escalafón más alto de contacto de cara el cliente. Me dan una responsabilidad de trabajo que tengo que cumplir; pero no recibo lo que debo a cambio, por lo que considero que es una forma de explotación", afirma Moro, que añade que ante esa situación "o acudes a los juzgados (opción que ya ha adoptado) o cambias de empresa porque no quieren negociar nada".
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