Los técnicos de la UE analizarán si los nuevos incrementos acaban afectando a colectivos con más dificultades para encontrar trabajo
Las advertencias de que la importante subida del 8% del salario mínimo en 2017 iba a frenar el empleo no se cumplieron. Lo apunta la Comisión Europea en un informe en el que concluye, basándose en otro del Banco de España, que ese incremento “no afectó al empleo significativamente”. Aun así, esta conclusión no lleva a bajar la guardia a los técnicos de la UE: tras describir la subida del 4% este año, hasta los 735,9 euros, y la pactada hasta 2020 entre el Gobierno y los agentes sociales de (850 euros mensuales), avisan de que podrían afectar a los colectivos con más dificultades para encontrar trabajo, como los jóvenes.
Después de estar semicongelado durante buena parte de los años que duró la crisis y el comienzo de la recuperación económica, el salario mínimo interprofesional (SMI) subió un 8% en 2017. Fue la mayor subida de una sola vez en más de tres décadas —había que remontarse hasta 1986 para encontrar un incremento similar—, y llegó tras un pacto entre PSOE y PP en el que también se incluía la luz verde al techo de gasto público del año pasado.
Al acuerdo le sucedieron advertencias como las del think tank de la patronal CEOE (el Instituto de Estudios Empresariales), que pronosticaron que ese incremento tendría “efectos negativos” y se traduciría en menos empleo a tiempo completo y más contratación temporal. Sin embargo, el año pasado concluyó con 250.000 nuevos afiliados con empleo fijo a jornada completa, un 3,9% más que 12 meses antes, medio punto más que toda la media de la Seguridad Social.
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